Manuel Domínguez
Gran Canaria
Manuel Domínguez Caballero ha sido uno de los cineístas más reconocidos de su ciudad natal, Arucas. Desde muy joven sintió pasión por el audiovisual y entabló amistad con el fotógrafo Manuel Santana Pérez, popularmente conocido como Manolín.
En 1969 se unieron a Antonio Navarro y Carmelo Quevedo para fundar una de las iniciativas cineístas más importantes de las Islas, el Club 70. Esta pequeña asociación amateur realizó varios films conjuntos a la vez que fomentaba el trabajo individual de cada miembro. Su logro más relevante estuvo en el impulso del Festival de Cine Amateur "Ciudad de Arucas", probablemente, el evento cineísta canario que mayor recorrido tuvo. El Teatro-Cine y la Casa de la Cultura de Arucas fueron las sedes principales de este festival, cuya primera edición tuvo lugar el 5 de abril de 1970. Se desarrolló durante 7 años consecutivos en los cuales Manuel Domínguez fue un participante habitual.
Y eso no es todo, ya que también ganó en casi todas sus ediciones, siendo galardonadas las películas siguientes: Robo frustrado (segundo premio, 1970), El milagro de Daniel (primer premio, 1971), El gusanillo de la conciencia (segundo premio, 1972), El único testigo (tercer premio, 1973), Marcelino (segundo premio, 1974), El primer crimen (tercer premio, 1975) y La ventana (segundo premio, 1976).
Paralelamente, durante 39 años ejerció como maestro en el Colegio de San Fernando de Moya, de ahí que muchos de sus cortometrajes tengan los paisajes de este municipio como escenario. Empezó experimentando con la cámara, filmando escenas de su entorno y, finalmente, consiguió crear piezas de ficción con argumentos sencillos dedicados al mundo infantil. En muchas de estas películas, los protagonistas eran sus propios alumnos.
Aparte de films argumentales, llevó a cabo numerosos cortometrajes de corte etnográfico y de escenas cotidianas. Entre ellos están Día del Pino (1969), Fiestas y tradiciones de Arucas (1973), Batalla de flores (1976), Desfile de coches antiguos en Arucas (1977) y otros muchos más.
La importancia de su colección de cámaras y películas quedó patente al ser homenajeado junto a otros compañeros en la exposición "La magia del coleccionista" (2013), organizada por el investigador audiovisual Boris W. San Juan y Gran Canaria Espacio Digital (GCED). Años después, este mismo centro realizó un reconocimiento a su trayectoria como cineísta durante la celebración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual de 2018. Tampoco hay que olvidar su amplia y dedicada labor docente en el municipio de Moya, la cual le valió la declaración de Hijo Adoptivo de esta villa (2019).