Y el cine empezó a hablar

27 de septiembre de 1930

El impacto que tuvo que sentir el público de Nueva York el 6 de octubre de 1927 al escuchar por primera vez a un actor de cine hablar en pantalla debió de parecerse al que experimentaron los grancanarios el 27 de septiembre de 1930 en el Circo Cuyás. Tres años después de que las películas sonoras irrumpiese en la escena cinematográfica norteamericana con El cantante de jazz (Alan Crosland), el sonido se estrenaba en Canarias con la proyección de la película Troika, de Vladimir Strizhevsky. Tan solo 5 días más tarde se estrenó también en el Circo Cuyás El hombre de las melodías (1930) y el famoso cortometraje de animación de Walt Disney La Danza Macabra (1929), ambas sonoras.

Sin embargo, este hecho no significó que a partir de la proyección de estas películas el Circo Cuyás se convirtiese en cine sonoro, pues la maquinaria que hizo posible estos pases era muy cara y solo fue posible alquilarla para ser desmontada al poco tiempo. De hecho, el Circo Cuyás tardaría 5 años más en convertirse en un cine completamente sonoro. Como consecuencia del nuevo fenómeno, la estructura de los locales empezó a cambiar y los cines que ya existían tuvieron que darse prisa en adecuar sus salas desde el punto de vista técnico a los nuevos sistemas de sonido (como el Vitaphone, el Movietone, Western Electric, Orpheo Synchronic, etc).

A partir de este momento, las salas multifuncionales o mixtas que existían hasta entonces (donde lo mismo se proyectaba una película, se hacía teatro o se representaba una zarzuela) dejaron de existir y se consolidaron como salas exclusivamente de cine. 

El cine sonoro significó una auténtica revolución para el panorama cultural de las Islas. Con la llegada del sonido a las salas, el séptimo arte consiguió establecerse como el espectáculo preferido de los canarios por encima de cualquier otra oferta de ocio hasta tal punto que durante estos primeros años las portadas de los periódicos estaban reservadas para las carteleras.

El ambiente cinéfilo y el poder de atracción de la industria cinematográfica era notable y para 1935 Las Palmas de Gran Canaria ya contaba con 14 cines y 35 empresas de distribución de películas. Entre los cines más conocidas que abrieron en esta época estaban los artistocráticos Royal Cinema y Hollywood Cinema (más tarde conocido como Cine Avenida). El primero, ubicado en la calle León y Castillo, abrió sus puertas en 1928. Poco después, fue ampliado e intervenido para adaptarse al sistema sonoro y reabrió el 24 de diciembre de 1930 con la proyección de un noticiario de la Fox, La mujer del torero de Raquel Meller y Fox Movietone Follies. El segundo, ubicado en la Avenida Primero de Mayo (antigua calle General Franco), se inauguró el 21 de noviembre de 1931 con la proyección de Revistas Sonoras de la Paramountlas convirtiéndose en el primer cine de la ciudad que abrió sus puertas desde el principio como cine sonoro.

La creciente demanda social hizo que incrementasen las sesiones, de forma que se hacían tres proyecciones diarias (a las 18:00, 20:15 y 22:00), la primera y la tercera reservadas para los estrenos y la segunda para reposiciones. Este furor no se limitó a la capital, sino que el resto de municipios de la Isla reivindicarían tener su propio cine. Así, la pasión cinéfila llegó a rincones como Agüimes, Telde, Arucas, Guía, Teror o La Aldea de San Nicolás. 

Sin embargo, el inicio de la Guerra Civil española y, seguidamente, el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, pusieron fin al ferviente ambiente cinéfilo que había dominado en décadas anteriores. Los canales de distribución se vieron afectados, se comenzaron a reducir sesiones y hubo cines que tuvieron que echar el cierre. Por otro lado, muchas películas se prohibieron y las únicas que podían proyectarse serían las de producción nacional, las de los países "hermanos" de España (Italia y Alemania) y películas de Hollywood estrenadas con anterioridad a 1936. A partir de junio de 1937 ya se obligaba a proyectar la figura de Franco en los descansos de las películas, a la vez que sonaba el himno nacional.